Ella muere sola. Ha quedado fuera del mundo

foto-01Algunas reflexiones sobre La Traviata que acaba de estrenarse en el Teatro Avenida en la ciudad de Buenos Aires, por su  régisseur, Pablo Maritano.

“Ella muere sola. Ha quedado afuera del mundo. Ella está en el altillo de la casa que ha habitado y en donde queda, apenas, un par de muebles. La ópera, para nosotros, plantea el tema del lugar de ella, de esa extraviada, en el mundo. En La Traviata hay ya un desplazamiento original y es que Verdi debió ambientarla en el pasado para sortear la censura. Y el problema es que las situaciones, los mismos personajes, eran imposibles un siglo antes. La ópera aparece retrodatada y recién después de la muerte de Verdi comenzó a situarse la trama en su época. Uno de los temas de la obra es justamente la contemporaneidad. Y otro, por lo menos para quienes la dirijimos, es la letanía repetida por los teatros de ópera durante un siglo y medio, repitiendo visiones de la obra que, en rigor, no pertenecen a la obra misma sino a una tradición posterior. Nosotros tratamos, simplemente, de acercarnos de la manera más ascética posible a la ópera tal como está. Optamos por una situación temporal ambigua. La obra, para nosotros, sucede en algún momento del siglo XX, pero nada lo determina de manera inequívoca. Es, en todo caso, un drama más abstracto; al contemporanizar la ópera, la cuestión del salvataje moral del personaje queda corrida hacia la fisura moral de la sociedad, lo público se transforma en privado. Violetta se topa con los mecanismos de lo burgués y pierde su concepción del mundo. Siempre es desplazada de un lugar y siempre mediante un hecho violento. Pero ella es, a la vez, la que ve la verdad. Y es la que denuncia. El personaje de Germont, por ejemplo, para nosotros está lejos del simple malvado. El actúa por mandato social. Es, sencillamente, un burgués: alguien que hará cualquier cosa por salvar el buen nombre social de sus hijos. En todo caso, es el mensajero de la tragedia griega. En nuestra puesta, en el momento en que entra se tiñe todo de gris. El trae a escena una idea del mundo. (La historia de) Violetta, en realidad, es la misma que la de Rigoletto. Pero ella puede esconder lo que él lleva inscripto en el cuerpo. Violetta es alguien con una profunda lucidez, hay un abismo entre ella y el mundo que resignifica la distancia moral. Ella pasa por el mundo lastimando. Uno de los atractivos de La Traviata es la manera en que permite mostrar que la relación es ficcional, construida. Es una obra en que la ficción está puesta en escena y eso es un desafío magnífico”. 

Extraido de un reportaje del diario Pagina/12 del 27 de marzo de 2009

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